¿Qué es la pedagogía sistémica?

Pedagogía sistémica, vamos a ver qué significan estas dos palabras.
Sistémica viene de sistema. Todos formamos parte de un sistema, y lo que ocurre a cada uno de sus miembros afecta a todo el conjunto. El primer sistema al que pertenecemos nada más nacer es la familia. El segundo en orden cronológico es la escuela. Son, por lo tanto, los dos sistemas que más influencia tienen en niños y adolescentes.
La palabra pedagogía nos remite a la escuela, y es allí donde la pedagogía sistémica tiene su mayor ámbito de aplicación, mejorando los vínculos y relaciones de los miembros del sistema educativo, teniendo una visión amplia y multidimensional, tendiendo puentes entre profesores, alumnos y sus familias.
No obstante la Pedagogía sistémica también tiene una vertiente terapéutica, relacionada con las constelaciones familiares. Bert Hellinger, que desarrolló dicha terapia de las constelaciones familiares, postuló que en los sistemas se dan unos órdenes que él llamó “los órdenes del amor”, y que si estos órdenes se respetaban fluía el amor, y si no se hacía, algún elemento del sistema podía presentar algún síntoma (físico, psicológico, de relación, etc.).
Estos órdenes del amor son tres: derecho a la pertenencia, jerarquía y equilibrio entre el dar y el recibir. Pertenencia significa que todo el que forma parte de un sistema tiene que ser reconocido como miembro, sin excepción alguna. Si un miembro es excluído, otro miembro querrá ocupar su lugar. La jerarquía es marcada por el orden de llegada al sistema. Los que llegaron antes tienen preferencia sobre los que llegaron después. El dar y el recibir tiene que estar equilibrado para que las relaciones fluyan, excepto en la relación padres-hijos, docentes-alumnos,  en la que los adultos dan y los pequeños reciben, y estos a su vez, cuando sean adultos, devolverán lo que recibieron a sus hijos y alumnos, y así fluye el río de la vida, siempre hacia delante.
Cada uno de los miembros del sistema ocupa un lugar en este, que es su  lugar, y no otro. Pero a veces, por “amor ciego” un posterior se vincula con un anterior, y ocupa un lugar que no le corresponde, y se desgasta. “Cada uno en su lugar, para poder educar”  es uno de los lemas de la pedagogía sistémica. Muchos de nuestros hijos y alumnos con problemas escolares y malas notas  muestran síntomas: desmotivación, hiperactividad, absentismo escolar, problemas de relación con sus compañeros (bullying), dislexia, discalculia, malestar tras un divorcio, falta de concentración, y un largo etc.

La pedagogía sistémica en su vertiente terapéutica puede ayudar a poner luz sobre estos síntomas, a descubrir dónde puede estar la raíz del problema, qué orden del amor no se está cumpliendo, o si el niño o adolescente está ocupando un lugar que no le toca en el sistema familiar. Desde la Associació MES, Moviment Educatiu Sistèmic (asociación sin ánimo de lucro), organizamos formaciones de pedagogía sistémica de corta y larga duración, para todos aquellos relacionados con el mundo educativo (maestros, profesores, TEI, TIS, asistentes sociales, etc.)

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