¿Agobias a tu hijo?
¿Le exiges que sea el mejor en fútbol, en inglés, en baile, en matemáticas …?
Muchos padres de hoy en día son super exigentes, tienen altas expectativas hacia sus hijos y les piden cosas que ellos, cuando tenían su edad, no hacían.
Uno de los casos más típicos que nos encontramos es el del fútbol. Un hombre que no llegó a ser el gran futbolista que soñó tiene un hijo. Y sin pararse a pensar si a este hijo le gusta o no el fútbol, lo apunta a un equipo. Y no para de presionarle en todos los partidos para que marque, para que ataque, para que sea bueno … incluso a edades muy tempranas (yo he visto padres así ya en hijos de 5 o 6 años), cuando lo que debería estar haciendo ese niño es disfrutar del juego, no competir.
Y la pregunta sería … ¿por qué estás tan obsesionado con los logros de tu hijo? ¿a quién estás queriendo impresionar? ¿Necesitas demostrar que eres buen padre con resultados? ¿Quién te está juzgando?
¿Eres mejor padre que quién? Yo te preguntaría ¿Quién te juzgó? ¿Cómo es la relación con tu propio padre?
Esta hiper exigencia puede tener al menos dos orígenes: Que sea un reflejo de la exigencia que su propio padre tuvo con él. O que se crea mejor que su propio padre.
La cuestión es que si trabajamos nuestros propios temas pendientes con nuestra infancia y nuestra familia de origen, podremos liberar a nuestro hijo de esa carga.
Y dejar que sea él mismo, y que sea feliz.
Las frases sanadoras para estos hijos serían (dichas en voz alta, a poder ser).
«Aunque no marques goles, te querré igual»
«Aunque suspendas en el cole, te querré igual»
«Te libero de tener que cumplir mis propias metas».
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